17 de junio de 2011

Mexican Teenage Wasteland!

En una época en la que la identidad de la juventud Mexicana se inspira en la de la juventud de otras épocas y esencialmente de otro países, ¿Podemos realmente llamarla identidad?

No bebemos PBR´s, pero si nos vestimos con chamarras de piel o mezclilla que rescatamos de algún bazar por 15 pesos. No somos la capital de la moda en el mundo pero leemos The Sartorialist con regularidad, aunque no con tanta como con la que leemos lo nuevo de la música en Pitchfork.
La información que ahora inunda nuestras cabezas gira sobre lo artístico y lo bonito, o al menos eso decimos como pretexto para tema de fiestas. Sabemos que el arte es importante, más no sabemos lo que es arte.
La identidad del joven mexicano consta en obtener cuanto pueda del mundo y adornarlo con el folclor que nos caracteriza. Tomarlo, moldearlo e incorporarlo a nuestra persona. Aunque en la mayoría de las veces se encuentra afectado por el síndrome del “Teléfono Descompuesto”

Como sea que nuestros estilos y hábitos hayan sido influenciados por el país vecino o por el blog del momento, hay algo que siempre se destacará del Mexicano: Siempre podremos igualarlo, quizá muy pocas veces mejorarlo, pero siempre encontraremos la forma de hacerlo más barato.
Ciertamente lo que más favorecería a México sería dejar el malinchismo a un lado y la pena del otro e innovar con ideas de movimientos culturales reales para tener como resultado la originalidad; que nos brinda una personalidad y por ende una identidad que al momento, año con año, pareciera estar cada vez más lejana.











Por Irving Gonzalez 

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